El proceso de descalcificación consiste en, a través de medios mecánicos, químicos y/o electrónicos reducir los contenidos de sales minerales, en las tuberías, depósitos de agua potable, e incluso en la propia piel o cabello.
En el caso del hogar, el agua con alto contenido de sales de calcio o magnesio, denominado: “agua dura” tiene a formar incrustaciones minerales en las paredes de las tuberías, las cuales en algunos casos bloquean casi la totalidad de la tubería. Generalmente las sales se adhieren con mayor frecuencia a las tuberías de agua caliente, como a las máquinas que trabajan o producen agua caliente: lavadoras, calentadores de agua…
En muchas ocasiones los calentadores dejan de resultar eficientes cuando no hay instalado un descalcificador en el hogar, puesto que necesitan más energía para calentar el agua debido a las gruesas capas de cal acumulada en las tuberías.
Otra ventaja es que con descalcificador se requiere utilizar menos cantidad de detergentes, suavizantes y demás productos que son altamente contaminantes para nuestros ríos y acuíferos, además de ahorrar en los propios envases.